Apoya el codo en la ventanilla, sube el volumen de la radio, intenta
mantener la máxima velocidad que acepta el trazado sin tocar el freno
mientras sea posible, anticipa lo que van a hacer los otros, siente la
postura de todo el cuerpo, disfruta del viaje.
La Copa de Europa no es el fin; sólo es la carretera que más nos gusta.
La Copa de Europa no es el fin; sólo es la carretera que más nos gusta.
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