De niño, fuí a ver un partido de La Bañeza con papá. Eran
los tiempos gloriosos en los que estaba en regional preferente. Recuerdo
el frío, y los bocadillos con lata, y jugar al escondite con una niña
que ahora está muerta. Unos tíos feos y calvos que parecía que estaban
recogiendo remolacha decían ser los futbolistas. No se parecían a los
cromos. No atendí al campo ni 30 segundos. Papá vámonos. A mi padre se
la suda el fútbol e hizo un comentario inocente. Casi le sacuden. Unos
insultos terribles. Nos largamos a una zona más pacífica. El barro. El
no-juego. La falta de épica, de estética, la realidad sin esquinas ni
velos. Uno que le da una patada en los huevos a otro. Al árbitro le
tiraron un manojo de cebollas. No se para el partido; amenazas de muerte
de un merchero, un salivazo le acierta al árbitro en el pecho y ahí
queda colgando, como una medalla al mérito. Al fondo, las montañas, que
parecen un buen sitio adonde ir. Un frío literario, aristocrático. La Llanera se llama el campo. Nos fuimos a casa humillados y ateridos. Con
ganas de poner Estudio Estadio. No más sordidez, no más barro, no más
fealdad ni patios de luces. Real Madrid. Una dinastía de soles.
Cualquier cosa antes de ser del equipo de mi pueblo.
"Por si acaso yo no vuelvo, me despido a la llanera...".
ResponderEliminarMuy bueno, Altiplano. Es como aquello de Javier Marías ("el Madrid no era marrullero ni tenía miedo, y estaba dotado de dramatismo. Parecen cosas triviales, pero en la ciudad de la infancia todo lo demás era marrullería y trataba de inspirar miedo y era más sórdido que dramático"), pero mejor, claro.
El Madrid como una huida de la sordidez. Y, claro, con el desarrollo y la España de las autonomías, ha desaparecido la cutrez de provincias (con perdón) y lo autóctono le ha ganado la partida a lo universal-madridista.
coño, pues me gusta también lo de Marías. A ver si nos escribe una columnita para el almanaque...
ResponderEliminares cierto lo que dices
ResponderEliminarantes, en provincias. Se miraba al cielo, y allí no estaba España -que es un coñazo- estaba el madrid. Nada más.
luego vino el cuento de lo local como puerta de entrada a lo lo universal. Sería precioso si fuera cierto. Y los minolles de la burbuji y las CCAA ayudaron a vestir a la mona con mostovoi y bebeto.
pero el andamio se cayó. Y detrás estaban los coros y danzas franquistas. Todos esos han vuelto ya al Bernabéu pero dando la vuelta al mundo. Por el otro lado: el antimadridismo. Auspiciados en el estilo barcas, el gotelé que intentó ser capilla sixtina.
Pero estamos en la hora que desnuda a los muertos y en la estancia solo queda un caballo enjaezado. Tiene las crines mestizas pero es el madrid de toda la vida. De toda una vida.
hola
"España como coñazo", que dice Montano, con aliteración y todo.
ResponderEliminarLo de la desaparición de la sordidez de las provincias lo dije sin saber si yo mismo estaba siendo irónico. Porque luego está la sordidez de la capital.
Y una cosa sobre el "estilo barcas": si no fuera por todo lo demás, estaría bien. Ser "un club con un estilo" te hace singular, te distingue y hasta te ampara en las derrotas ("hemos perdido, pero nos queda nuestro estilo"). Hay en ello cierta grandeza. Un respetito.
lo que yo quiero es que no nos ampare nadie. Poner la cara como la proa de un barco donde rompen los borrachos sus botellas de vino tinto.
ResponderEliminareso nos lo merecemos por nuestro poder indondable
el barcas es el niño que nunca pierde. Xavi cambia el gua de sitio para que no entre la canica.
el estilo me gusta como patrón que simplfica la complejidad de un club. Y hay una inteligencia en el estilo-barsa, y es que es un estilo nacional. Quiero decir, español. Eso está asumido, y solo cristiano y raúl han podido sacar la cabeza contra la dictadura del pase.
el rugido que salió de las entrañas del Bernabéu cuando Cristiano salió el sábado a calentar, me da esperanzas.
Eso de "poner la cara como la proa de un barco donde rompen los borrachos sus botellas de vino tinto" me gusta. Parece una mezcla del "rompeolas de todas las españas" de Machado y el "amó a su patria y a su suelo como un borracho a su taberna" de Esenin.
ResponderEliminarSí: Xavi, cuando pierde, se lleva la pelota. "¡Pues ya no jugamos!". Pero yo no hablaba de la repelencia (del repelente niño de Vicente -del Bosque), sino del estilo, De Stijl, de la grandeza de las ideas fuertes, a lo Bauhaus. Si nos estrellamos, nos estrellamos a lo grande y como nosotros decidimos. El Barcelona, el Áyax y otros equipos (de distintos estilos) tienen esa grandeza. Si no fuera, en el caso del barcas, por todo lo demás.
Aunque, estoy de acuerdo, el estilo es una simplificación. Es un estandarte, un mantenerse firme. Un sostenella y no enmendalla -y eso sí que es madridismo puro.
DeSqueran trae a colación una canción venezolana, y aquí me hallo. Absorta leyendo a dos grandes.
ResponderEliminarSólo quería recordar que, en su momento, Arcadi Espada se hizo madridista en su huida del *provincianismo*. Con sus propias palabras: “Sí, soy del Real Madrid. Bueno, en realidad soy del Betis, pero las circunstancias de la vida me han llevado a tener que ser del Real Madrid obligatoriamente, como cualquier persona decente”.
Mesetas, no sabes lo que dices. No recuerdo calvos en La Bañeza CF aunque sí en La Llanera: los calvos llegaban con la Arandina, con el Iscar, etc. Gracias a esas tardes aprendí mas de CastillaLéon que lo que luego me enseñaron en los telediarios. ¿De qué sino sé por donde cae Venta de Baños? El fútbol siempre ha sido fiel reflejo de lo realmente existente.
ResponderEliminarApunto estuve de debutar en ese estadio. Tiempos de Aure, Uría, Robertín, Higes, etc..
ResponderEliminarese es el problema Theo
ResponderEliminarque no me gusta lo realmente existente. Y quizás hay alguno más como yo. Los hinchas del Real Madrid fuera de las lindes de la ciudad. Poca cosa.
La gente dice amar lo real pero miente para sobrevivir. Le gusta el reflejo y las historias contadas por los curas y las novias. Excepto los autistas que esos viven más acá del símbolo. Mirando una y otra vez el desborde de Ronaldo, viviendo en el fragmento.
desmenuzando el mito hacia atrás ¿hasta dónde se puede llegar?. Igual damos con una caja cuadrada, tan simple que está incapacitada como metáfora. Espero que no acabemos contando contando los pases, como los mongolos.
en fin, chorradas
HALA MADRID
Me gusta mucho la lírica de mesetovich.
ResponderEliminarGracias.