La Central Lechera, TVE, la 2, Teledeporte, Antena 3, Lo Más o Menos Plus, Cuatro, TeleCinco, La Sexta, TV3 y una emisora pirata de Ceuta, Lo San Cugat-HAARP, PRISA, Mediapro medionó, el Grupo Recolectas, qué recolectas, yo, Unidad Editorial, Doña Croqueta y Martínez, Segurola, Maldonádez, Diegotorres, Besa, Lame, Chupa, No pares, la lista lumpen de Favelas, la columna blindada de los Calbos, Punto Pelota, que ya hay que ser humilde: Punto Pelota, La COPE, Mundo Deportivo, je, el adjetivo; bueno, y el sustantivo también, Lo Sport, Onda Cero, Carlin el gurkha, Rivero, ¡los Manolos!, joder, 'los Manolos', tócate los huevos, el pobre Capdevila, Frijolito, el de La Farola, Fonsi, Lobo Carrasco, las viudas de Pep, Delbósquenes, Valdanágoras, el ex madridismo yaciente y doliente y contante y sonante cobrando de los presupuestos generales del Estado por balbucear retransmisiones, D'Alessandro, un ex embajador con pajarita y lerdo, Lo Mondo, ese que tiene tantos discos, la sandwichera, la sudadera, la bolsa Arkapén del Real Madrid, el hijo de Cappa, Lo País, Millás, Boyero y Marías, las tres marías, el tuerto Izquierdo, las secuelas de por vida que dejó el baulato, La cadena SER, los piperos, que pagan y por lo tanto joden, que para eso pagan, Burgos, Gallego, Pedropablo, Juanma, Morales, Caridad, Manolete, De la Morena, Damián, Jotajota, Alcalá, Israel, Meana, Brotons, los que no enumero porque vienen en lote, en malón, y son indistinguibles, tu empleada y la mía, la directora de programas deportivos de la televisión nacional Paloma del Río, la Brunete mediática y la tropa del editorial conjunto, todos en polifonía, los amiguísimos y otros ochocientosdiecisiete miserables más han echado de España a Matilde Faria, la mujer de José Mourinho.
Telediarios, editoriales, encuestas amañadas con zafiedad, blogs semiprivados alojados en grupos de presión, poemas, críticas cinematográficas, crónicas taurinas, minutos minuciosamente de la basura, alusiones inopinadas, cablegramas, teletipos, faxes, SMS, emails, whatsapps, huequecitos muertos que quedan en la retransmisión de un Recreativo-Calvo Sotelo, vamos a aprovechar, selectas cartas al director, citas a pie de página, óperas rock, portadas, publirreportajes, infomerciales, columnas, quintacolumnas, sueltos, notas de agencia, seriales radiofónicos de continuará, preguntas por sorpresa en entrevistas a la primera bailarina del Bolshoi, iniciativas del becario meritorio, podcasts, debates plurales de seis a uno o hasta de siete a cero y Casillas de portero.
Le tiraron encima toneladas de mierda. Volquetes de basura. Contenedores de estiércol. Inmundicia nacional e importada, roña de imitación, cochambre de palo, excrementos falsos, zurullos de coña, envidia, mugre, odio, vulgaridad, actos y palabras presunta pero muy probablemente ilegales, de código penal. Camiones de heces, palés de detritos, venga boñigas, trae la bazofia, esa borra, aquellas cáscaras, la purrela de más allá. Toda la ñorda que pudieron producir, amontonar, mover y arrojar, que es mucha.
Les costó tres años echarla. Tres años así. Tres años.
Qué tía, ¿eh?
No conocía tu blog. Concuerdo con lo que dices. ¡Animo! Plumas como la tuya nos hacen falta ahora más que nunca.
ResponderEliminarQué grande, joder, qué grande.
ResponderEliminarQue se joda.
ResponderEliminarA lo mejor no llega a fin de mes tras los 15 millones que entran en casa al año por poner defensas cuando ganas y delanteros cuando pierdes. Un estratega en casa, cuidao.
Matilde, sacude el mantel que ha caído otra miguita de mierda.
EliminarAquí vienen bien las palabras de Cernuda:
ResponderEliminarAsí como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por eso te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.
[...]
El odio y destrucción perduran siempre
Sordamente en la entraña
Toda hiel sempiterna del español terrible,
Que acecha lo cimero
Con su piedra en la mano.
Triste sino nacer
Con algún don ilustre
Aquí, donde los hombres
En su miseria sólo saben
El insulto, la mofa, el recelo profundo
Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Por el oculto fuego originario.
Este blog es un remanso de lucidez. Gracias!
ResponderEliminarDe todos modos, entre los echadores de mierda me sobra Juanma (si es que te refieres a Rodríguez). Ha demostrado que no tiene problema en partirse la cara por Jose y el Madrid. Bendiciones para su labor.
ResponderEliminarHay juanmas para regalar, para sortear, para jugar a la gallina ciega y no marrar. Juanmas inmorales, miserables, apestosos y muchos, que te entran doscientos en el kilo. Juanmas que tiran la piedra y ni esconden la mano porque siempre pueden utilizarla para señalar a otro hijo de Mou; juanmas de mercadillo, de todo a cien, llévese tres y pague dos; estamos sobrados de juanmas; hay saturación de juanmas en el mercado. Digamos Trueba. O Castaño. O López Iturriaga, que por el nombre parece un psiquiatra de los de antes, y es de los de ahora. Elige un apellido en la guía que te encuentro un juanma hijodeputa que ha tirado carroña sobre la famila Mourinho.
EliminarY como te digo juanmas te digo hermenegildos, onofres, osvaldos o sinderios. Estamos que lo regalamos, oiga.
me gusta tu estilo Miguel D'Orsiano, Montesco. Estoy de acuerdo, sobran Juanmas miserables, y Hermenegildos y Onofres y Sinderios, como sobran también envidiosos, mediocres y paletos ideologizados en España. Pero también hay unos pocos, muy pocos (Siro, Rodríguez, en ocasiones Pedrerol), que son capaces de levantar la voz y atreverse a soltar alguna verdad. El resto me sobran, con sus maneras afectadillas, su patriotismo ocasional y su moralina de los huevos. A mí me gusta el contraataque. Lo único que digo es que a veces viene bien fijarse en los pocos decentes que hay y alegrarse por su labor. De lo contrario corres el riesgo de batir el récord de caída de pelo de Pep.
EliminarTe la sacas, Merc.
ResponderEliminarPues si que tiene huevos Matilde!!! Sube al altar del madridismo!!
ResponderEliminarQué maravilla de artículo. Te quedaste bien a gusto (y yo leyéndote). Una peana bien alta para Matilde.
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