O. Xàtiva 0 - Real Madrid 0 (Copa 1/16)
Los fuegos artificiales dieron paso a un partido muerto, con un silencio triste en los
bares que presagia una navidad con las luces apagadas en los hogares de la
buena voluntad. Isco, dando vueltas sobre si mismo sin pisarse el vestido,
intentó desordenar el patio interior del xátiva y en parte lo consiguió, pero
los rematadores eran chicos de España sin púrpura en el empeine. Todos eligieron
los lugares concurridos, y Marcelo o Benzemá, que bajaron de palacio, se
preguntaban qué hacían allí, en un campo hecho para los adolescentes y los
viejos prematuros. Di María, el último
de los señoritos de este ejército de hidalgos, centró de forma automática
los balones que se encontró por el camino y todos menos uno, fueron a parar a
los tejados. A pesar de ese aliento destructivo, salió bronco, con una rabia
que lo dibuja en otro país donde entiendan mejor su fútbol racheado, demasiadas
veces inconcluso, y sin el uranio enriquecido que tienen los tobillos del
caballo que trajeron en verano.
Real Madrid: Iker Casillas; Carvajal, Nacho, Sergio
Ramos, Arbeloa (Marcelo, m. 46); Casemiro, Illarramendi; Di María (Benzema, m.
58), Isco (Modric, m. 74), Jesé; y Morata
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