Barcelona 3 - Real Madrid 2 [Supercopa, ida]
Ante la indiferencia mundial, el madrid y el barsa se enfrentaban de nuevo. Los comentaristas repiten con su tono sórdido -es la tónica general- y efectivamente, como en anteriores entregas, el barça esclavizaba el balón y el madrid flotaba a los centrocampistas rivales como cansado de tanta habladuría. A pesar de que messi merodeaba al borde de los rastrojos, no había ansiedad en la defensa blanca. Una cierta despreocupación por la muerte, quizás, muy de héroes fordianos. Poca profundidad culé hasta que Alexis hizo splash en el área y pudo ser penalty; pero Ramos le indicó al linier lo que era conveniente pitar. En la segunda parte hubo corrimiento de tierras, ansiedad, disgustos en ambas porterías y brazadas a mar abierto. Un lugar donde debieron reinar un Cristiano inexistente, y un Messi, que sólo se apareció en el penal. El Madrid marcó y dimitió del partido. Se le desdibujó el gesto y no hubo manera de recomponerlo. Roto, cansado y expuesto a los dibujos animados de Iniesta. Fue entonces cuando a Casillas se le anunció la paloma de cada día,y en el contrataque que siguió al milagro, Valdés acosado por Di María hizo un aparatoso homenaje al cine mudo. Decepción en las viejas que hacen punto en el Camp Nou al borde de la guillotina. Y todos estaban tan casados, pero fingieron hasta el final. No hubo más.
Ante la indiferencia mundial, el madrid y el barsa se enfrentaban de nuevo. Los comentaristas repiten con su tono sórdido -es la tónica general- y efectivamente, como en anteriores entregas, el barça esclavizaba el balón y el madrid flotaba a los centrocampistas rivales como cansado de tanta habladuría. A pesar de que messi merodeaba al borde de los rastrojos, no había ansiedad en la defensa blanca. Una cierta despreocupación por la muerte, quizás, muy de héroes fordianos. Poca profundidad culé hasta que Alexis hizo splash en el área y pudo ser penalty; pero Ramos le indicó al linier lo que era conveniente pitar. En la segunda parte hubo corrimiento de tierras, ansiedad, disgustos en ambas porterías y brazadas a mar abierto. Un lugar donde debieron reinar un Cristiano inexistente, y un Messi, que sólo se apareció en el penal. El Madrid marcó y dimitió del partido. Se le desdibujó el gesto y no hubo manera de recomponerlo. Roto, cansado y expuesto a los dibujos animados de Iniesta. Fue entonces cuando a Casillas se le anunció la paloma de cada día,y en el contrataque que siguió al milagro, Valdés acosado por Di María hizo un aparatoso homenaje al cine mudo. Decepción en las viejas que hacen punto en el Camp Nou al borde de la guillotina. Y todos estaban tan casados, pero fingieron hasta el final. No hubo más.
XI: Casillas; Arbeloa-Albiol-Ramos-Coentrao; Alonso-Khedira, Callejón-Özil-Cristiano; Benzema.
+ Higuaín por Benzemá [61'], Di María por Callejón [66'], Marcelo por Özil [82']
Özil: Diario de un futbolista recién cansado.
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarPor lo que veo, estos sigue siendo la misma bazofia psuedo-intelectual que el año pasado.
Ciao
estos- psuedo -paranoid
ResponderEliminarA la par que un roncero ilustrado.
ResponderEliminarAhora sí.
Chau
Lo nuestro es la bazofia pseudo-intelectual
ResponderEliminary el madridismo constitucional.
bazofia pseudointelectual es frase registrada, como amanecer dorado, madre coraje, o rotundos senos.
ResponderEliminaraquí debes utilizar otra sintaxis. Desmembrada o cabalística, pero no esa. Que luego tenemos que limpiarlo todo con frus-fray. Ese producto anti-ecológico.
Y el madrid nunca será constitucional, porque el madrid es la ley. O debe serlo.
PODERÍO DEL LENGUAJE.
ResponderEliminarLa riqueza del lenguaje puede ser medida por el número de las palabras, pero no su poderío. Hay escritores que se arreglan con un vocabulario restringido, que sacan matices y partido del que tienen por la maestría en la colocación. Como en el ajedrez, una palabra no vale por sí sola sino por su posición relativa, por la estructura total de que forma parte. Sólo un escritor mediocre puede desdeñar ciertas palabras, como un mal jugador de ajedrez desdeña un peón: no sabe que a veces sostiene una posición.