Real Madrid 0 - Atlético de Madrid 1 (Liga, 7)
Después de varias victorias
tristes, al Madrid le alcanzó la realidad. La mara acaudillada por el cholo
fue la Justicia. El Real fue reducido a su parodia, una constelación de
folklóricas que abre los telediarios con su rosario de penas, deshuesada de
fútbol y de calle, demasiado lejos del sagrado corazón. Entraron en los salones
sin pedir permiso, cegaron las salidas laterales, robaron la cubertería de
plata y orinaron a los pies del gobernador, ya sin razones, indigestado de oro
y obligado a comer tierra por el indio, que reclama su sitio. A varios
jugadores se les marcó con el estigma: Benzemá que se hace pequeño según le
silba el público, ya es el niño autista que prometía desde el principio. Pepe y Ramos fueron pareja eléctrica
que se vuelve estúpida sin un padre padrone que piense por ellos. A Khedira lo
dibujaron para otro sistema. Di María propone sin pausa y encadena pases de gol
y pérdidas terroríficas. Arbeola es demasiado consciente del ambiente y eso
afecta a su equilibrio, que era su razón de ser. Alrededor de la mediapunta,
tirando a la derecha, estaba la capilla ardiente de Mesut. Nadie acudió. Ni
Isco siquiera. Desde entonces las diagonales de Cristiano están vacías. Y al
final, el público que se echa en brazos del último canterano repeinado. El
absurdo antes de cerrar. No hubo incidentes: los muertos desfilaron hacia la salida
ordenadamente. Un aplauso para el dispositivo de seguridad.
XI: Diego López; Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Coentrão; Illarramendi
(Modric, m. 46), Khedira; Di María (Bale, m. 46), Isco (Morata, m. 73),
Cristiano; y Benzema.
¡Qué vuelva Mourinho.....!!!!
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