El Reino del desorden



Levante 2 - Real Madrid 3 (Liga, 8)

Sobre las rodillas del padre está sentado el niño bobo. Suena la música de la fábula. El niño cierra los ojos al son de una narración cuya simetría usurpa los perfiles rugosos del mundo. Su cuerpo entero se acomoda a la pequeña verdad. Cuando vuelva a caminar y baje a la calle, seguirá la melodía hasta que la melodía lo alcance y ya no haya un afuera y un adentro. Así será el trance y suele durar el tiempo exacto de la vida. Desde las tribunas, los hombres pedían a Morata. No había razón, puesto que al juego del madrid poco le afectan las cuitas de su delantero centro. En la previa auténtica del fútbol, que se vive en la imaginación, intuímos que cuando Bale salga de  cuadras, no habrá un límite concreto entre dos atacantes que sueldan el espacio-tiempo y abarcan la mitad del todo. ¿Dónde cabe un 9 ahí? Comenzó la historia de nuevo, y sin Marcelo desordenando al rival apenas hubo oleaje en la primera parte. El madrid avanzó lento y quisiera ser como una resaca monumental, pero sus combinaciones son de cristal. Una artesanía que se desmorona antes de que suelde la jugada. A los otros les vale con tres pases para desentrañar el secreto del gol. Fue Ramos quien empató en un córner viniendo desde más allá del campo. Y fue un acto final de espléndido dramatismo el que renovó el arcano madridista más vendido en los Grandes Almacenes de la capital. La remontada del retoño o la fiabilidad máxima del absurdo. No future. 

XI: Diego López; Arbeloa, Varane, Sergio Ramos, Coentrão (Marcelo, m. 59); Khedira, Modric; Di María, Isco (Morata, m. 69), Cristiano; y Benzema (Jesé, m. 79)
Goles: 1-0. M. 57. Babá. 1-1. M. 61. Sergio Ramos. 2-1. M. 61. El Zhar. 2-2. M. 90. Morata. 2-3. M. 93. Cristiano Ronald

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