Romance del niño bobo


Rayo Vallecano 2 – Real Madrid 3 (Liga, 12)
Se presentaba el Madrid en un estadio sin ventanas ni palcos, en un barrio orgulloso de su propia fealdad. El rayo desviste cualquier intención barroca y lleva al contendiente a su terreno: la trifulca del patio de vecinos. Después del día de los Santos, el equipo amaneció con los tobillos hinchados y Anchelotti propuso una alineación con un centro  volátil, dado a la descarga eléctrica y al pase monumental. La consigna era cruzar el campo en dos zancadas, recogerse en zona de Xabi y esperar sentados a que se desatasen los galgos. La extraña estructura del equipo rival, con dos delanteros por cada defensa hace aparecer un continente donde debería haber un huerto de tomates. Una provocación para Cristiano y Bale, que detonados por Xabi, enfilaron la portería como si fuera el punto de fuga del reino perdido de José. No había plusvalía para el contendiente, esforzado, clase trabajadora, con un muro pavoroso en el fondo, que es origen y límite. Marchó cojeando Coentrao y saltó juguetón Marcelo, demasiado ajeno al asfalto y a la tensión subterránea que se intuía. Bale dejó un detalle lento, de otro sur, en un sombrero que acabó con gol de Cristiano. El jugador burlado huía al banquillo desconsolado y pareciera que en el mundo no hay caridad, ni nunca la ha habido, ni nunca la habrá. Sin Xabi y con otro delantero rival que hacía el nº 7, el Madrid perdió el centro y se despeñó en el pantano sin avisar, en el siguiente cambio de plano. Los rivales llegaban al área madridista a saltos elípticos, como si fueran los dueños del montaje y nada se pudiera hacer. En el Real, de repente, todos eran desconocidos y cada jugador persiguió con saña su parodia. Marcelo como el payaso que recibe las tartas, fue protagonista principal. Dos penaltis en tres minutos. Y cuando el suelo ya se abría, saltó Arbeloa al campo y se ató el orden a la cintura. Una iluminación de Diego López y el final; con un Cristiano pateando fuerte y desde cualquier lado para espantar el mal que se nos había instalado en el cuerpo.

XI: Diego López; Carvajal (Arbeloa, m. 59), Pepe, Ramos, Coentrão (Marcelo, m. 44); Xabi Alonso (Illarra, m. 46), Modric; Di María; Bale, Cristiano; y Benzema.
Goles: 0-1. M. 3. Cristiano. 0-2. M. 31. Benzema. 0-3. M. 49 Cristiano. 1-3. M. 53. Jonathan Viera, de penalti. 2-3. M. 55. Jonathan Viera, de penalti.

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