Real Madrid 4 - Galatasaray 1 (Copa de Europa, 1)
Sergio Ramos no conoce más género que el melodrama. Pasó su infancia coleccionando estampas de mártires, guerreros, y hombres con un travelling asociado que salvaban a la humanidad con un golpe de ceja. La cotidianidad es una tortura para él; quiere mirar al sol en cada jugada y su engreimiento es castigado por la geometría, los árbitros y el señor del bar, que detesta su madridismo ostentoso. Fue expulsado en el minuto 30 y Carletto le recriminó algo muy grave: no conocer la artesanía de su oficio. Se sacrificó a Jesé para mantener el orden, en un partido sin oleaje y con un arbolito frágil con Isco como estrella invitada. El portero turco, oyó un zumbido en una falta amartillada por Bale, y al día siguiente le dijeron que era el balón; a su paso; contra su portería. A la espalda de Pepe, antaño crecía el musgo, y ahora se desarrollan civilizaciones enteras. Fue el empate, acogido sin júbilo por la hinchada, que creía vivir un partido de transición. ¿Qué es lo que ocurrió a partir de entonces? Los historiadores no se ponen de acuerdo. Pudo ser el italiano o las almas del Bernabéu que rozaron a Arbeloa, o la simple lucha contra la muerte que es la quietud, el aburrimiento de una noche glacial en la Castellana. El caso es que Álvaro cortó amarras con la ristra de lugares comunes que amenazaban con derruirle, y empezó a correr hacia la batalla con una energía suicida que contagió a sus compañeros. A Di María se le erizó el lomo y Marcelo nunca parará de dar vueltas sobre sí mismo. En la excitación, entró Xabi, se subió al estrado, y ordenó los vientos mientras murmuraba hechizos en la lengua de su madre. Los cajones dejaron de abrirse y cerrarse a lo loco; ya sólo hubo el ritmo marcado por el vasco. En el ensueño final, Isco se colgó del elefante, inclinó el campo con dos amagues y corrió hacia el público para que lo llenaran de rosas. Ahí acabó todo. Ahora, interprétenlo.
XI: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo (Carvajal, m.74); Casemiro (Xabi Alonso, m.59), Illarramendi; Bale, Isco, Di María; y Jesé (Nacho, m.27).
Goles: 1-0. M. 37. Bale. 1-1. M. 38. Bulut. 2-1. M. 51. Arbeloa. 3-1. M.64. Di María. 4-1, M.81. Isco.
"En la excitación, entró Xabi, se subió al estrado, y ordenó los vientos mientras murmuraba hechizos en la lengua de su madre".
ResponderEliminarLa cosa mágica y ancestral de los vascos. Ya lo dijo Jabois, también de Alonso: "Cada pase, un hechizo". ¡Qué bonito! ¡Y qué barato!