Malas tierras

 
Osasuna 2 - Real Madrid 2  (Liga, 16)
La patada igualitaria, la sangre coagulada en la banda, el coche bomba en la medular, el racismo justificado. Libertad, amnistía y antimadridismo. Añoraba la prensa la guerrilla urbana contra el Real, la semana en la que se levantó acta de defunción contra los Ultra Sur. El Madrid saltó vestido para el sol de media tarde, subido a un relámpago sin el eco del gol. Isco encontró los caminos invisibles de Cristiano a costa de Bale, tan solo, en una esquina de cara a la pared. Era una alineación dulce, hecha para el amor en los jardines, y en el primer balón que sobrevoló el área, cayó el gol a la espalda de Pepe: coloso en el despeje frontal y diminuto en las pelotas ciegas que caen bajo su sombra. De repente cada jugador madridista quedó clavado en una esquina y le fue cedido al rival el centro de mando. Xabi perseguía los espacios cargando un armario en la espalda y cuando llegaba, ya era la siguiente jugada. Varios centros y despejes después, la opinión pública le sacó una tarjeta a Ramos, expulsado al poco y que provoca compasión; algo que lo invalida como central y le inhabilita para entrar en la guardia civil. El equipo tan lejano que había construido Carlo, se cosió al partido a través de Modric, al que derribaron en el área y la ley miró para otro lado. A partir de ahí, al Madrid se le rompió el día por la mitad, mientras en el campo se iba haciendo de noche al ritmo que marcaba el Osasuna. En la segunda parte se ensayó un lenguaje incomprensible con los jugadores distribuidos aleatoriamente por las casillas del césped. Pepe logró canalizar su neurosis y empató en un final desangelado en el que sólo Jesé braceó contra la corriente.

XI: Diego López; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Modric (Nacho, m.64); Isco (Jesé, m.83), Bale (Di María, m.54), Cristiano Ronaldo; y Benzema.

Goles: 1-0, M.16: Oriol Riera. 2-0, M.39: Oriol Riera. 2-1, M.45: Isco. 2-2, M.80: Pepe.

3 comentarios:

  1. Qué pena da ver "No hay comentarios" aquí, "0 comentarios" allá...
    Un hombre, un blog (como mínimo). Pero sin comentarios. ¡Ésta, twitter, es tu victoria! ¡Grande hazaña, matar los comentarios!
    Se escribe mucho, pero no se comenta. ¡La edad es ésta de los comentarios secos!
    En esta decadencia del comentarismo en Occidente, soy el (pen)último comentarista vivo.
    "Comentarios, hay que escribirlos más. Comentarios, más".

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  2. Qué razón tienes, DeSqueran. Vamos a añadir algo:
    "Isco encontró los caminos invisibles de Cristiano a costa de Bale, tan solo, en una esquina de cara a la pared."
    Qué gran verdad
    Los equipos son como los ecosistemas. Árboles gigantescos pueden languidecer sin dar frutos por la desaparición de un insecto polinizador. Ha sido desaparecer Khedira, entrar Isco y volver la mirada siempre al lado de Cristiano. Bale mientras tanto espera y espera en su atalaya derecha, de la que sale sólo para retroceder a veces a tapar el hueco que deja Carvajal cuando va a cubrir el espacio que deja Ramos que a su vez ha ido a cubrir la espalda de Marcelo que subió a acompañar a Isco.
    Esto es lo que tantas veces dice Ancelotti sobre el equilibrio que le daba Khedira. Aquel último representante de la macrofauna centroeuropea que, como el bisonte, abría el suelo con sus patas poderosas y permitía crecer las flores en el centro del bosque, allí donde ahora los caminos y las praderas se nos cubren de espinosas marañas.
    Mientras tanto, los poetastros del jogo bonito se congratulan de ver la alineación del Madrid repleta de "violinistas" a la vez que disfrutan de la restauración del antiguo régimen de paz, con el Madrid haciendo la goma detrás de la Farsa.
    En un alejado escondrijo, Sami exprime el sudor para acortar los plazos de su regreso. No sabemos si para entonces el bosque se habrá cerrado de ramas secas y por él danzarán las brujas tocando los violines y ensayando conjuros con los nombres de nuevos fichajes.

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